Carlos Balbuena es el Payaso Payasin y hace más de 30 años sorprende con sus gestos solidarios: junta comida y ayuda al hogar La Casita del Angel, de Tolosa. Donde se presenta pide alimentos para los chicos del hogar y cualquier otro elemento que pueda colaborar con la obra que se realiza en la Región.
Actuó en Caballito, de la ciudad autónoma de Buenos Aires, y allí también
pidió ayuda para el hogar Los Piletones, de Margarita Barrientos, que tiene su
punto de ayuda a la comunidad en Villa Soldati y da de comer a 1.700 chicos del
barrio.
Carlos Balbuena, Payaso Payasín, también está colaborando con el Refugio
del Angel, una institución sin fines de lucro que desde hace 13 años alberga a
niños de 2 a 13 años, mientras sus padres trabajan. Los principales objetivos
del hogar pasan por promover la familia y ayudarla en sus necesidades y
dificultades; prevenir la delincuencia juvenil, luchar contra la deserción
escolar y la desnutrición infantil.
“La idea es llevar a través de la
alegría un mensaje de solidaridad, que los chicos se diviertan y los grandes
colaboren con todo lo que pueden para los que más necesitan”, asegura Balbuena.
El 16 de noviembre de 1988 se vistió con la ropa de payaso que su esposa
Dora Bonifacio le había confeccionado y fue a la escuela 63 de 44 y 155. Al
llegar era el Payaso Lelo, su nombre elegido porque así lo llamaban sus nietos.
Pero al salir ya era el Payaso Payasín porque la directora así lo presentó.
“No le gustó el nombre que me puse y a mí me gustó Payasín”, recordó el
protagonista de esta aventura que une el humor con la solidaridad.